Hoy cerramos la fase de formación en grupo para dar paso a las asesorías por proyecto en las que continuar dando forma a las ideas que poco a poco se han ido perfilando en estas semanas.
Esta última sesión la dedicamos a dos cuestiones muy importantes. Por una lado, las participantes reflexionan sobre cómo ha evolucionado “su yo empresaria” y, por otro, su idea de negocio. Para ello, se les dan varias claves en forma de pregunta en las que se recogen contenidos de todas las sesiones. Este último punto nos sirve para hacer un repaso de lo aprendido que nos ayude en esta reflexión pero también para fijar conocimiento.
“Nunca me hubiera parado a pensar en las fortalezas y debilidades como en los primeros días” comparte en su reflexión Dolores. La mayoría de las participantes comparten como el pasar por Juntas Emprendemos les ha ayudado a hacerse conscientes de aquello que ya traían consigo y que no habían reparado en ello. Como dice Inma, “Hay cosas que ya sabía de mí, otras que he reforzado, y otras de las que me he dado cuenta”. También, como parte del planteamiento base del proyecto, las participantes han podido positivizar y dar valor a aquellas habilidades y saberes que al ser considerados de “lo femenino” por la socialización de género, no creían que les sirviera en su aventura de emprender su proyecto. De manera constante se ha ido haciendo referencia a cómo se enseña a las mujeres que emprender es algo considerado “masculino” y que las mujeres emprendemos “a poquitos”, no enfocando nuestros proyectos a lo grande. En este sentido, Cristina hacía esta apreciación, “Una de las cosas que he aprendido de este curso es sé ambiciosa (…) y me parece que ¿por qué no? sin caer en la locura”.
En el transcurso de las sesiones de formación, el hecho de que la idea de proyecto fuera cambiando, convirtiéndose en algo muy diferente a la inicial, se mostraran ambivalencias…, parecía preocupar a las participantes. Pero esa preocupación se desvanece al verse acompañadas por el grupo como refleja Ruth, “Aquí te sientes comprendida, aquí la otra cambia la idea como tú”; el transcurrir de los contenidos, recibir ideas por parte de las compañeras, conocer otras posibilidades, otros proyectos, “Se va creando el proyecto también viviendo el día a día”, como nos dice Encarna. Ella pensaba que era una de las que tenía el proyecto “más” definido, pero ahora está desconcertada, “porque me he atrevido a soñar”, dice. De una u otra manera, todas tenemos un sentir parecido, como reflejan las palabras de Irene “Este curso me ha dado ideas de que, a lo mejor, sí se puede (…) el poder, sobre todo, soñar”.
Y no soñamos solas, lo hacemos juntas; “Vosotras, como compañeras, me habéis enriquecido muchísimo con vuestras ideas y sugerencias”, dice María, a quien su paso por el curso le ha dado el impulso que necesitaba: “Yo he vivido en la cabeza y eso de pasar a la acción es lo que me costaba”.
Para finalizar, valoraremos tanto el itinerario de formación como las facilitadoras de la misma con la utilización de un cuestionario de evaluación.
Hoy no es sólo un día de valoración, es un día de celebración. Después de tanto compartido, pensado, aprendido, etc., toca celebrar. Entre todas preparamos un picnic que disfrutamos en un parque cercano. Es hora de reír, de brindar, incluso de cantar! Judith se anima con su guitarra y nos regala una de sus canciones que nos llega al corazón y nos muestra un poco más de ella.
No nos decimos adiós, nos despedimos con un “hasta la próxima!” En estas semanas las participantes han generado lazos que en un momento u otro les llevará a encontrarse.