El pasado 8 de abril a las 10:00h de la mañana nos encontramos de nuevo en Madrid. Un par de semanas después de terminar las sesiones de Juntas Emprendemos, quedamos en la entrada del Medialab-Prado. El edificio de la Calle Alameda, que fue durante décadas la Serrería Belga es ahora un centro cultural del Ayuntamiento de Madrid.

Durante cinco semanas este espacio nos ha acogido para realizar las sesiones de formación y hemos estado tan atentas al grupo y a los contenidos que nos hemos relacionado poco con el espacio. Hoy, no se trata de dar clase, hoy se trata de hacer un Login_ pasear, escuchar, conocer otras mujeres y proyectos.

Qué es un Login_

Login_ es una metodología social inspirada en la manera en la que se coopera y comparte conocimiento en Internet y en las redes.

Un Login_ es una actividad que te permite entrar en la trastienda de experiencias y procesos a los que es difícil acceder si nadie te abre las puertas. Toma la metáfora de las passwords de los ordenadores. Si tienes la contraseña puedes entrar, ver, entender cómo está hecho el código.

Llevamos esta metáfora a lo analógico, lo presencial, buscando personas implicadas que a través de su relato y de mostrarnos su proyecto, su espacio cotidiano nos explican lo que hacen y cómo lo hacen, ayudándonos a pensar qué hacemos y cómo lo hacemos.

 

Jugar para testar

Nuria del Río, investigadora en el Medialab-Prado nos ofrece un recorrido por sus salas y exposiciones y un relato sobre como una institución municipal puede vincularse con la economía. Su investigación se centra en modelos sostenibles de financiación de proyectos y estructuras, basados en diferentes hibridaciones de iniciativa pública, privada mercantil e iniciativa ciudadana.

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¿Cómo colaboran agentes con diversidad de intereses en proyectos comunes? ¿Cómo se contribuye, cómo se atribuye la autoría, de qué manera se reconocen las aportaciones, cómo se vehiculizan los retornos? ¿Qué factores favorecen y fortalecen esos ecosistemas?

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Nuria nos despide con una invitación a jugar, a testar las ideas a través de prototipos, a pensar jugando, a crear con otras, a colaborar y a utilizar el espacio público como lugar de encuentro y creación.

 

 

Hacer nuevo lo de siempre

Caminando por el centro de Madrid, eligiendo el camino más soleado por que han bajado las temperaturas, llegamos a mitad de la calle Ave María a La vida tiene Sentidos, el ultramarinos filosófico que han creado Pati y Maite.EntradaVida

Pati tuvo un bar en este barrio, el barrio de Lavapies durante 15 años. La crisis le obligó a cerrarlo en un momento en el que ya estaba cansada de la noche. Maite ha regentado una tienda de comestibles en Asturias durante casi 10 años. Durante meses han estado ideando el tipo de negocio que querían montar, un espacio que les permitiese organizar y acoger múltiples actividades y donde pudieran trabajar a gusto.

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Productos que no se encuentran en el supermercado, artesanales o ecológicos o de proximidad, talleres de coctelería, cursos de costura creativa o filosofía aderezados con el uso del espacio y el mobiliario polivalente y la escucha atenta a lo que necesita o busca quien entra por la puerta.

 

Mientras nos tomamos unos cafés e infusiones, Pati y Maite nos cuentan cómo es ser dos y la distribución de tareas, su apuesta por una gestoría cómplice, la manera en la que se tejen las redes, la importancia de las tecnologías en su negocio y la necesidad de estar abiertas y reconducir planes cuando las ideas toman vida propia y van por caminos distintos a los planificados.

 

Gestionar la economía y lo emocional

Germinando es una cooperativa de trabajo asociado formada por cuatro socias que ya tiene casi una década de andadura. Todos los años abren un espacio donde poder volcar los sueños de las mujeres que forman parte del proyecto, para buscar la manera de desarrollar los deseos de cada una de las socias a través de la actividad empresarial.

 

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Julia, nos explica que atender la parte emocional no significa descuidar la gestión empresarial, la información económica. Integrando ambos aspectos, hace dos años decidieron abrir una tienda física, buscando diversificar y disminuir la dependencia de su presupuesto de proyectos de la administración pública y cerrando el círculo, de manera que las personas que participan en la formación agroecológica que llevan a cabo, puedan comprar los productos que necesitan para sus cultivos.

 

Infraestructuras que abren posibilidades

Ya habiendo pasado el ecuador del recorrido, visitamos el mercado de San Fernando, un mercado de abastos municipal que ha pasado en los tres últimos años de tener la mitad de los puestos vacíos a las listas de espera para alquilar uno. En parte, este proceso se debe a la apuesta de mantener precios asequibles. Diana, una de las nuevas habitantes del Mercado nos hace un recorrido por su historia y nos habla de la dificultad que ahora hay de integrar necesidades y maneras de convivir diversas, en un espacio que pretende seguir siendo mercado a la vez que aumenta su uso como espacio hostelero y de ocio.

 

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Diana tiene un puesto en el mercado formando parte de Trementineras, un grupo de mujeres artesanas que se une para apoyarse en la comercialización de su trabajo. Investigan para crear nuevas o rescatar antiguas técnicas de producción de objetos  variados, abarcando textiles, cosméticos y jabones o la bisutería.

En su puesto además de vender artesanía, se sitúa uno de los puntos informativos del Mercado Social de Madrid.

 

 

Reencuentros

Una regalo inesperado fue encontrarnos con Encarna, del proyecto Cómete el tarro, un proyecto que Driadas, una plataforma que acompaña proyectos colectivos de emprendedoras, cuido con mimo. Ella participó en un Login_ organizado para las mujeres de su proyecto y fue increíble, pocos meses después, encontrarla en el mercado y escuchar su experiencia. Cinco mujeres elaboran conservas de productos vegetales que venden en el mercado, compartiendo puesto con Ekoeko, un proyecto de fabricación y venta de cosméticos naturales.

 

Comer rico, comer bien

Komo en Kasa, es otro de esos negocios que empezaron hace tres años, con el desembarco de gente joven y nuevas ideas de negocio en el mercado. Lucía, es cocinera autodidacta y apostó por la cocina tradicional española y los productos de temporada. Comemos en medio de la plaza, algunos de sus platos de comida para llevar que puedes también comer en el mismo mercado. Cuando tiene un ratito, viene a contarnos cómo ha evolucionado su proyecto.

HaciendoColaKomoKasa

Pionera, apostando por la apertura al mediodía del mercado, ha tenido que reinventarse con el cambio de la legislación que ha permitido que más puestos se dediquen a la hostelería y se ha especializado en la alimentación libre de gluten.HablandoLucia

 

 

 

Ha terminado el recorrido del Login_ y en el ambiente sobrevuela la emoción. Además de la alegría del reencuentro, se valora positivamente el vértigo por escuchar y ver en primera persona que el proceso de emprender es duro y complejo, se valora de manera muy positiva, el contacto con la realidad, el grado de estimulación que contagian los proyectos, ver que hay vida más allá de los hipermercados, en proyectos pequeños, bonitos, cercanos y valiosos.

Hemos conocido a un variado grupo de mujeres expertas, que no salen en los telediarios ni en las páginas de economía de los diarios pero que son las que más saben de inventar cada día sus proyectos.