En la Escuela de Emprendedoras Juana Millán, llevamos meses imaginándola. Queríamos que fuese un espacio amable, cálido y diferente. Que tuviese diferentes salas. Que tuviese diversas herramientas para la interacción entre nosotras.
Después de diseñarla y poner a punto la herramienta, sólo faltaba habitarla. Y el pasado viernes por fin lo hicimos. Más de veinte emprendedoras nos hemos tomado un café a las 10 de la mañana. Quedaba inaugurada la cafetería virtual de la Escuela. Pusimos cara al equipo que hay detrás de la Escuela, recorrimos todas sus salas, y hasta bailamos, sí, sí, has escuchado bien.
Desde el equipo de coordinación, Sandra nos recibía a todas y nos iba guiando por las distintas salas. No hay nada mejor, si eres tímida y has llegado sola a esta cafetería, que una madrina que te guíe.
En cada sala nos esperaba una invitada especial. “Queríamos quitarle la frialdad a lo virtual”, nos ha contado Lula, socia de la cooperativa Freepress y artífice del diseño estético. Porque lo virtual también tiene color. Y esta cafetería es tan bonita como la imaginábamos.
En la segunda sala, a la que hemos denominado “Muestra de servicios”, una de las programadoras de la Escuela, Marga (de la cooperativa Dabne), nos ha confesado algo que nos ha sacado los colores: “Esta Escuela ha cumplido uno de cuatro deseos que tenía a la hora de emprender (hace ya más de 15 años): crear productos con sentido”.
Y no hay nada como decir algo que nos toque para que se genere una onda expansiva. La onda ha llegado a la tercera sala: Ideas cooperativas. “No comunicamos solas, somos un equipo a la hora de pensar y ver cómo atender a las necesidades de nuestra comunidad y eso es un privilegio”, nos contaba Soraya, de la cooperativa de Pandora Mirabilia, que junto a Yolanda del área de comunicación de la cooperativa Tangente, ponen voz a todo lo que hacemos. También a esto que lees:)
Cambio de sala. “Pincha en tu avatar y arrástralo a la sala de Juego”, nos decía por el megáfono Daria, una de las tutoras de la escuela. Allí estaba Ana, otra de las tutoras, que nos tenía preparado un vídeo y otras sorpresas. ¿Se puede bailar con el ratón? Creo que muchas nunca lo habíamos hecho.
En esta cafetería también hay una sala que se llama Bajón, porque en nuestro camino emprendedor hay altibajos constantes y si los compartimos no se hacen bola y nos pueden llegar grandes consejos. Pero hoy hemos preferido irnos a la sala de Subidón, “porque emprender también necesita momentos de risa”, ha dicho Sandra activando su micro. Lo dice porque esta semana estuvo en la sesión de risoterapia para emprendedoras que dio Maika y le ha dado para tener buen tono toda esta semana. A ver si Maika se deja caer algún viernes por esta cafetería:)
Ariadna, tocaya de Sandra en Coordinación, se incorporaba diez minutos más tarde, después de dejar a su hijo en el colegio. Se unía al café para contarnos en primera persona algunos de los cursos que están programados en la Escuela. Recién salidos del horno, oye.
Esta cafetería pretende ser un espacio vivo y orgánico, para movernos en libertad (movernos en un sentido bastante literal). Y, precisamente por eso, pueden suceder cosas, como que dos ingenieras que se han lanzado a emprender, acaben tomándose un café. O que dos compañeras de Tangente, que no se veían desde la pandemia, se encuentren en la sala de Reservado.
¿No te han entrado ganas de tomarte un café con nosotras? Estaremos todos los viernes de 10 a 10:30h, una hora perfecta para hacer un pequeño break. La puerta está abierta, porque hemos creado un link permanente. Pero para que sea un espacio seguro, te invitamos a que te inscribas en la Escuela de emprendedoras Juana Millán y seas una más en esta gran comunidad de emprendedoras.
¡Te esperamos este viernes 23 de septiembre!