Siguiendo con la sesión anterior acerca de lo que supone el trabajo en equipo, después de aprender a identificar los diferentes «capitales» que de forma individual o grupal reunimos, nos adentramos en el seductor, y a la vez complejo, mecanismo de los roles de equipo. A pesar de las múltiples teorías y acepciones que el término «rol» adopta como aptitudes, funciones o tareas, hay una definición que nos parece acertada y que fue revelada por el Dr. Meredith Belbin y su equipo en los años 70. Definieron rol de equipo como «Una tendencia a comportarse, contribuir e interrelacionarse con los demás de una determinada manera», y observaron que la diferencia entre el éxito y el fracaso de los equipos no dependía de factores como el intelecto sino del comportamiento. De ahí identificaron «Los roles de equipo de Belbin» que se enfocan en los roles respecto a las distintas funciones necesarias para realizar la tarea del grupo. Otras referencias sobre roles hacen más hincapié en tendencias que cada persona tiene predominantes, algunos ejemplos como el el trabajo con el Eneagrama o la PNL Tecnica de Programación Neuro Lisguística, son metodologías de trabajo referentes a la personalidad o a los patrones que cada persona ha ido adquiriendo a lo largo de su vida por diversas circunstancias.
Desde una perspectiva más intuitiva y teniendo como base las comunidades de práctica, en ColaBoraBora hemos realizado varias sesiones, como la de Hondartzan 13, en las que hemos investigado y trabajado sobre estas teorías para hacer nuestra propia versión, y que esta vez traemos al grupo de #juntasemprendemos. La sesión pretende descubrir al grupo de colaboradoras una visión sobre la importancia de los roles en equipo, observar cuales de ellos tenemos tendencia a desarrollar, cuales hemos activado en situaciones adversas, cómo los hemos vivido en grupos diversos y cómo sería una distribución óptima para que un grupo de personas actúen en modo ecosistémico para el buen funcionamiento del equipo. Tomar consciencia de su significado, su aplicabilidad y su compatibilidad, para que podamos exportar la vivencia y aprendizaje a cualquier proyecto colectivo en el que participemos, bien sea nuestra empresa cooperativa, nuestra paticipación en una asociación de barrio o en un grupo coral.
Pensando en el conjunto de roles diferentes que hay o puede haber en un grupo, distinguimos tres niveles que ayudan a situarse para pasar a un ejercicio práctico. Por un lado los roles implícitos o individuales y personales, en que cada persona actúa en función de sus creencias y situaciones y que supone un trabajo íntimo personal que no es objeto de la sesión. De forma contraria, los roles explícitos y más fácilmente visibles, basados en productividad y eficiencia, y que tienen que ver con los recursos o habilidades. Es el tipo de rol que más tenemos incorporado debido a la normalización de los organigramas propios de la organización empresarial, en los que se tiene en cuenta los rangos y funciones del puesto. Y finalmente están los roles operativos, muchas veces ocultos pero imprescindibles. Muchos de ellos tienen que ver con mantener el grupo y no son directamente adjudicados, ya que están basados en comportamientos tal y como Belbin y su grupo de investigadores han concluído. Son roles enfocados a «cuidar» del grupo pensando no exclusivamente el beneficio individual sino en el colectivo.
Estos roles no son fijos o estereotipados, sino funcionales y rotativos. Una persona tomará tal o cual rol según su situación individual, y la situación generada en el aquí y ahora grupal. Los roles operativos más significativos son:
• GALLINA – cuida al grupo (su energia). Muy atentas a la energía del grupo para reforzarla si está baja, o canalizarla si hay mucha. Se preocupan de que todo vaya bien y las personas se sientan a gusto generando y contagiando entusiasmo. También acogen y traen gente nueva.
• CASTOR – pragmatismo, consciencia, realismo. Práctica, realista y consciente. “Atada al suelo”. Vela por mantener los recursos del grupo y proteger sus fronteras. Hace consciente al grupo de sus límites y capacidades.
• ARAÑA – entretejen relaciones. Conectan a las diferentes integrantes de un grupo. Entretejen relaciones, establecen comunicaciones y amplían y refuerzan los lazos intergrupales.
• GAVIOTA – propositivo, avance. Propone, conduce, toma iniciativas y apunta direcciones. Ve a largo plazo y se mantiene atenta a los objetivos del grupo. Se hace cargo de la marcha del grupo en la consecución de sus tareas. Es propositiva y sabe de lo que habla. El liderazgo se puede definir como un rol o una función que adquiere predominio dentro del grupo y es aceptada por los demás miembros. Líder es aquella que define la situación y organiza la acción. los miembros del grupo depositan en ella solamente aspectos positivos.
• ANCLA – reactivo, retroceso. Provoca interferencias en la marcha de la tarea grupal. Pincha, interfiere, distorsiona dificultando los cambios que pueda experimentar el grupo. A veces arrastra en dirección opuesta. Algunas ocasiones busca mantener su protagonismo. Corresponde a quien provoca interferencias en la marcha de la tarea grupal; en tal sentido se puede decir que es el líder de la resistencia al cambio. Se encargara de dificultar el cambio y atentará contra la tarea.
• RUMOR EN LA HIERBA – cuerpo y energía (capacidad de trabajo/decisión). Aparentemente se deja llevar. No quiere o puede ir primera, pero es determinante para la toma de decisiones. Es cuerpo e inercia dentro del grupo.
• ALTAVOZ – portavoz de sentir grupal . Persona que funciona como radar dentro del grupo. Capta el sentir grupal y lo expone en la plaza pública. Por ejemplo: identificando conflictos e insatisfacciones.
Puede no ser consciente de la importancia de lo que hace. «el miembro que denuncia el acontecimiento grupal, las fantasías que lo mueven, las ansiedades y necesidades de la totalidad del grupo» , es la persona que habla por todos.
• HORCA – culpa. Se le hace depositaria de los aspectos negativos del grupo cuando algo no sale según lo esperado, es (auto)candidata a la culpa. Está dispuesta a que le ‘corten la cabeza’. Un miembro del grupo en el cual se vuelcan aspectos negativos o atemorizantes, apareciendo mecanismos de segregación frente a dicho integrante.
Y llega el momento de pasar a la acción. Comenzamos con un primer ejercicio, repartiendo un vaso de cartón a cada una de las colaboradoras que tendrán que rellenar con la proporción de cada rol operativo con el que actúan. Así cada rol está asociado a un material diferente (araña – hilo, gaviota – ojos de plástico, gallina – algodón,…) que cada una selecciona según vamos pasando y explicando los diferentes roles. De ahí a la mesa de manualidades para que cada una construya un muñeco “Vudu” que represente sus conductas más habituales cuando participan en grupo. Cobran vida varios muñecos como “Futurista” con gran dosis de realidad y pragmatismo, “La Garza” que siempre mira alto y con un objetivo claro, “Lili” activa y portavoz, “Itaca” observadora y tejedora de relaciones grupales, “Pipi” con capacidad para ser culpada, “Clotilde” atenta y enérgica cuando el grupo decae y “Fortaleza” con la misma intensidad de proponer que de contraer.
El segundo ejercicio propuesto pretende tomar consciencia de roles naturales o tendencias que tenemos. Ver donde nos solemos situar dentro de un grupo en dos vectores posibles, los roles de acción que proponen o los de reacción relacionados con la espera y escucha. Cogemos nuestros muñecos y los situamos en un cuadrante con el que dibujar un mapa de grupo.
El ejercicio nos deriva a un debate en movimiento en el que aperecen reflexiones y aprendizajes como estas: la escucha como acción imprescindible y a la que no estamos acostumbradas, lo necesario de identificar los roles operativos en cada proyecto, la auto-asignación de roles para equilibrar el grupo, entender por qué se disolvió un grupo en el que se participaba, la posibilidad de realizar un manual para un equipo para que las personas se ubiquen en los diferentes roles, la compatibilidad de roles como pieza central de los equipos, la falta de auto-estima que constriñe nuestro verdadero rol, la dicotomía por el rol que cumplimos y el que nos dan entrando en la dualidad de si mantener el grupo o mantenerme a mi misma o dejar de ser la mujer-orquesta del grupo.
Puedes descargarte algunos materiales utilizados para la sesión: