SANDRA SALSÓN se especializó en Psicología Social y es técnica de emprendimiento. Trabaja en el ámbito de la consultoría social y organizacional, tanto en formación como en procesos de asesoramiento a equipos y organizaciones para desarrollar todas las potencialidades del grupo humano. Actualmente, es emprendedora y cooperativista en el ámbito de la economía social y solidaria madrileña, en concreto, dentro del Grupo Cooperativo Tangente. Dentro de él, su papel se centra en la consultoría de procesos de planificación estratégica y de acompañamiento integral a mujeres emprendedoras en el proyecto Juntas Emprendemos. Además, colabora en el desarrollo de la Red de Economía Solidaria de ámbito estatal (REAS).

 

Cuéntanos un poco la historia y a qué se dedica tu organización y cuál es el impacto que tiene en la comunidad ¿Trabajáis con algún colectivo en especial? ¿Por qué?

Tangente es el resultado de una estrategia de intercooperación que pusimos en marcha en 2011 para hacer frente al impacto de la crisis de 2008 en nuestras pequeñas cooperativas. La idea es que “juntas somos más fuertes” y creemos que el resultado ha sido positivo porque nos ha traído hasta aquí. Nuestras cooperativas mantienen su soberanía (económica, organizativa, personal…) pero tenemos una estrategia común y colaboramos en la realización de proyectos más grandes y que se enriquecen de diferentes miradas. 

Por su parte, Juntas Emprendemos comenzó como proyecto de intercooperación en 2014 y ha crecido y se ha desarrollado mucho desde entonces. Nuestro objetivo es fomentar el liderazgo económico de las mujeres y acompañarlas en sus procesos para emprender. ¿Por qué? Porque somos menos al frente de la actividad económica, porque nuestros proyectos se consolidan menos, porque tenemos menos acceso a formación, redes de emprendedoras y referentes de éxito, porque no nos identificamos con el imaginario del emprendedor masculino, porque algunos estudios demuestran que nosotras emprendemos más para cambiar nuestro entorno que para enriquecernos, porque queremos contribuir a revertir todos esto factores que nos colocan en desventaja y porque pensamos que el liderazgo y el empoderamiento de las mujeres pasa por alcanzar plena autonomía económica.

Ante el contexto de crisis sistémica, ¿cuál crees que es el papel de las mujeres? ¿Y de la economía social y solidaria? 

Creo que en situaciones de crisis son las mujeres quienes sufren los efectos más devastadores (pérdida de empleo, dependencia económica y en situaciones más graves, como estamos viendo con la guerra de Ucrania, exploración, trata, violaciones…) y esto es resultado del patriarcado. Por otra parte, como hemos visto en la crisis provocada por el coronavirus, ellas son quienes se hacen cargo de sostener la vida, limpian, cuidan, curan, alientan, acompañan… Esta última expresión de la crisis sistémica en que vivimos ha puesto el foco en esas tareas que resolvemos nosotras tradicionalmente y las ha puesto en el centro del foco, al menos durante un tiempo. Creo que nuestro papel en medio de esta crisis es reivindicar (como venimos haciendo desde tiempo atrás) nuestra aportación, poner en valor todo lo que hacemos para sostener la vida y encontrar nuestra manera de ejercer el poder (jerarquía vs trabajo colectivo; competición vs. colaboración; individualismo vs relación, empatía y comunicación; exigencia vs aliento; no mostrar errores vs. la fortaleza de la vulnerabilidad; independencia vs. interdependencia; dominación vs escucha e inclusión…). La Economía Social y Solidaria (ESS de ahora en adelante) es un espacio que permite, fomenta e impulsa poner en juego esta nueva forma de ejercer el poder, para las organizaciones de ESS es una aspiración ser feministas.

 

En tu propia experiencia vital-laboral, ¿cuáles son los aspectos positivos y negativos de trabajar en una entidad de la economía social y solidaria? 

Por supuesto, no todo son ventajas a la hora de trabajar en una entidad de la economía social y solidaria. La autonomía y la capacidad de decisión, la posibilidad de explorar distintos ámbitos profesionales y descubrir en qué aspectos puedes aportar más y mejor para crecer profesionalmente, la flexibilidad y la posibilidad de poner los cuidados en el centro (nacimientos, muertes, activismo…) son algunos de los aspectos positivos de emprender, pero también hay que saber afrontar las dificultades. La famosa  “autoexplotación” o la dificultad para poner límites al trabajo porque lo que estás haciendo es sacar adelante tu propia criatura, pero también el estrés y la incertidumbre por no tener un “plan de carrera” al uso o cobrar menos de lo que cobran personas de tu misma edad y trayectoria.

 

Si has trabajado antes en organizaciones capitalistas, ¿puedes compartir cuáles son las diferencias que encuentras respecto a tu entidad actual? 

Siempre he trabajado en el sector social, mis primeros años en empresas convencionales, aunque guardo buenos recuerdos y los aprendizajes fueron intensos… cuando llegó el momento de decidir, lo tuve claro, aposté por mi cooperativa, a pesar de saber que el camino tendría más obstáculos… Creo que para mí la clave está en la experiencia de construir colectivamente tu proyecto laboral, es tu propia “criatura” y te enamoras de ella, la ves crecer, cambiar… Creo que esta experiencia no es posible en una empresa convencional, ya que la pertenencia y la contribución se miden de diferente forma. 

 

Entre los principios que ponen en valor a las entidades de la economía social y solidaria (participación, democracia, impacto en la comunidad, etc), crees que se debería considerar también el principio o proceso del empoderamiento. ¿Por qué? 

Creo que el empoderamiento es un proceso que atraviesa la experiencia de participación en el movimiento de la ESS, está reflejado como tal en la nueva carta de principios de REAS red de redes, al menos en los principios de trabajo y cooperación. Se trata de una nueva versión que se ha aprobado en la asamblea de junio de REAS Red de redes y que se ha trabajado desde la comisión de feminismos estatal con el fin de que los principios y valores del feminismo atraviesen y estén visibles en los de la ESS, así que creo que ahora asistimos a un hito clave en la interdependencia de la que hablábamos ante es sobre ambas miradas del cambio del que queremos ser parte.